Fases del saque en el tenis y lesiones asociadas
Autor: Ramón Punzano Rodríguez
Agradecimiento a Matteo Berrettini
El tenis pone a muchas personas en riesgo de lesión, debido tanto a la alta repetición como a las altas cargas en varias articulaciones. Es el servicio el que ha sido identificado como el que tiene mayor propensión a las lesiones debido a la naturaleza explosiva (alta velocidad y fuerza) repetitiva.
El movimiento del miembro superior en el servicio del tenis implica una serie de movimientos complejos para permitir la velocidad máxima del segmento distal.
Por lo tanto, la biomecánica del servicio del tenis se ha estudiado en detalle para identificar las fases que tienen potencialidad de lesión y los defectos biomecánicos que pueden aumentar la probabilidad de lesión. Similar al béisbol, el saque se ha dividido en 5 fases principales («wind up», «early cocking», «late cocking», «acceleration» y «follow-through»).
FASE I: «Wind up» o toma de impulso. Es la fase menos estresante, aunque muy importante. El objetivo de esta fase es la colocación estratégica para generar fuerza desde el suelo, a través del miembro superior hacia la raqueta. Esta fase comienza con la pelota (en la mano no dominante) y la raqueta (en la dominante) en contacto, y termina en el momento en el que la pelota sale de la mano no dominante. El tronco, a menudo, se coloca en una posición flexionada, cargando mas peso aun sobre la pierna adelantada. A medida que la pelota y raqueta se separan, se producirá un gran cambio de peso hacia la pierna retrasada debido a la extensión y rotación del tronco. Esto inicia la carga excéntrica de todo el MMII que posteriormente se usa como energía elástica almacenada durante la fase tardía de amartillado.
FASE II: «Early cocking» o la fase temprana de amartillado o preparación precoz, tiene por objetivo crear energía elástica almacenada a través de ambos MMII (aunque la pierna retrasada a menudo genera una mayor fuerza de reacción del suelo debido a la posición del tronco), desplazar el centro de masa posterior hacia la raqueta y mas cerca del suelo, lo que hace que produzca una fuerza de aceleración mayor y colocar hombro y raqueta en la posición correcta para transferir linealmente el impulso. Esta fase comienza con el lanzamiento de la pelota y termina con la flexión máxima de la rodilla donde el jugador se encuentra en la posición mas profunda de sentadilla. Esta fase se conoce como “la pose del trofeo”, ya que muchos trofeos de tenis a menudo reproducen esta posición. Esto reproduce fuerzas máximas desde los MMII para conducir a la pelota a alta velocidad. Esta demostrado que cualquier afectación en los MMII en esta fase nos llevará a velocidades de pelota mas lentas. La pelvis comienza a inclinarse lateralmente hacia el lado de la raqueta junto con la rotación continua del tronco, mientras que las caderas permanecen mirando hacia el poste de la red derecho (si el jugador es diestro). Esto nos permite un mayor almacenamiento de energía elástica a través de los músculos abdominales (rectos y oblicuos). Por lo que aquellos jugadores con una región lumbopélvica débil a menudo tendrán dificultades para desarrollar con eficiencia esta fase. Continua el movimiento y el hombro dominante comienza a abducir y rotar externamente, la cantidad de rotación externa puede ser variable, se trata de maximizar la transferencia de energía desde la rápida extensión de la parte inferior del tronco que crea la posición final de rotación externa máxima. La abducción horizontal a menudo nos permitirá una ligera energía elástica de los músculos rotadores internos (pectoral mayor y subescapular). La debilidad del manguito rotador y del deltoides posterior puede hacer que el hombro esté con menos abducción, rotación externa y abducción horizontal, lo que tendrá efectos negativos al pasar a la fase de amartillado tardío.
FASE III: «Late cocking» o preparación tardía, se considera la fase explosiva de los MMII y el primer momento del servicio para crear aceleración. El objetivo en esta fase es: generar energía cinética vertical del centro de masa y lograr una rotación externa glenohumeral máxima. Una vez que los MMII alcanzan la posición mas baja para crear una carga excéntrica en los extensores de caderas, rodillas y tobillos, se producirá un reflejo de estiramiento en estos músculos (glúteo mayor, cuádriceps y complejo gastrocnemio-soleo), lo que permitirá que la energía elástica almacenada se transfiera a momentos articulares que crearan una triple extensión, y por lo tanto, una fuerza de reacción vertical del suelo para acelerar el centro de masa contra la gravedad. Esta aceleración transferirá el momento de fuerza a la extremidad superior causando una rotación externa glenohumeral máxima (175-180º en comparación con el suelo) con extensión adicional del tronco. Esta posición es optima para aplicar una fuerza de aceleración sobre la raqueta durante la fase de aceleración, además de permitir el estiramiento excéntrico máximo de los grandes rotadores internos glenohumerales y los músculos abdominales del tronco. La falta de rotación externa glenohumeral durante esta fase puede hacer que el jugador la alcance activamente en lugar de pasivamente, y esto provoque excesiva fatiga en los rotadores externos (infraespinoso y redondo menor). El codo esta entre 90 y 115º de flexión con la articulación radio-cubital en pronosupinación neutra y la muñeca en extensión con desviación radial, esto crea un estiramiento excéntrico de los flexores de muñeca. Esta posición permitirá la mayor cantidad de movimiento posible para que acelere la raqueta. En el final de esta fase se alcance el máximo de extensión lumbar, llegándose a una hiperextensión lumbar y generándose stress de repetición sobre las facetas articulares y sobre el istmo, predisponiendo a las famosas espondilolisis.
FASE IV: «Acceleration«, se refiere a la aceleración de la raqueta hacia la pelota de tenis. Este es el primer punto en el que la raqueta comienza su progresión hacia delante y hacia la pelota. El objetivo en esta fase es acoplar la aceleración del tronco, el hombro, el codo, antebrazo y muñeca en un orden secuencial para crear un efecto de aceleración (similar a la física de las ondas), que finalmente resulte en la velocidad máxima de la raqueta, y por lo tanto, en la velocidad máxima de servicio de la pelota. Esta fase comienza en la rotación externa máxima y termina con el contacto con la pelota. Se ha demostrado que ocurre en menos de 1/100 de segundo debido a la explosividad en la contracciones musculares secuenciales. Ocurren primero en los músculos abdominales para crear la flexión del tronco y la rotación izquierda (si el jugador es diestro), seguido de la activación del serrato anterior para producir protracción escapular y estabilidad. Los rotadores internos (pectoral mayor, dorsal ancho, redondo mayor y subescapular) se contraen seguidos por los flexores de muñeca y desviadores cubitales. Todas estas contracciones provienen de un reflejo de estiramiento, que permite la transferencia de la energía elástica hacia arriba de la cadena cinética.
La falta de activación muscular de los MMII, la zona central lumbopélvica o el resto del tronco aumentara las cargas y requisitos de activación en los segmentos distales.
FASE V: «Follow-Trough», desde el punto de vista del rendimiento, el objetivo del servicio de tenis es generar la máxima velocidad de la pelota. Si las fases anteriores se realizaron correctamente, ese objetivo se logrará. Por lo que en muchas ocasiones, a la fase de seguimiento o desaceleración se le ha restado importancia. Sin embargo, se ha demostrado que produce fuerzas extremadamente grandes. Después de la gran aceleración, hay un corto periodo de tiempo para desacelerar y absorber esa energía, y el jugador debe de usar toda la cadena cinética para absorber esta energía durante el seguimiento. Después del contacto con la pelota, el hombro continua rotando internamente de forma violenta continuando con la aducción horizontal y también comienza a flexionarse el tronco. Por lo que ese proceso de desaceleración, solo el tronco y la extremidad superior lo llevaran a cabo. Por lo que compromete de forma importante a la zona lumbar y a la parte posterior del hombro. Estructuras como fibras posteriores del deltoides, manguito rotador (fundamentalmente infraespinoso) y la cápsula posterior serán las que soporten gran cantidad de fuerzas excéntricas frenando el movimiento. La cápsula posterior podrá reaccionar hipertrofiándose y reduciendo su flexibilidad. El GIRD se atribuye al sobreuso en el gesto del lanzamiento, y fundamentalmente a esta fase de desaceleración y sus consecuencias en la región posterior de la cintura escapular. La extremidad inferior no ayuda en la desaceleración hasta que la pierna no dominante entra en contacto con el suelo, aterrizando sobre una sola pierna. El tronco continuara flexionándose, pero después del aterrizaje no se produce mucho movimiento en cadera, rodilla y tobillo. Probablemente causado por tener que estar rápidamente en una posición lista para continuar el punto. Un aterrizaje excesivamente rígido puede llevarnos a patología del aparato extensor de la rodilla como tendinopatías rotulianas o problemas femoropatelares.
La correcta biomecánica debe buscar la transmisión fluida de la energía desde los MMII hasta el extremo distal de la raqueta, de forma que tenga un rendimiento optimo deportivo y reduzca el riesgo de lesión.
Ramón Punzano Rodríguez. (Fisioterapeuta/Osteópata, Director Clínica Punzano, Fisioterapeuta de Matteo Berrittini)
26 de marzo de 2023